jueves, 17 de febrero de 2011

Reivindicación del amor



Hablando los otros días con un amigo llegamos a la conclusión de que una relación debe ser John y Yoko o Paul y Linda o no ser nada. No sirve el compañerismo o la funcionalidad económica, estamos hablando de Amor en su estado ideal, es decir, la entrega total hacia el otro, el respeto de su libertad pero, a su vez, la idea de que esa libertad se expresa en plenitud con esa otra persona. Vivir una amor shakesperiano es hoy una forma de reivindicar la condición humana, un acto en contra del egoísmo imperante, en contra del sistema de intercambio y descarte que rige la lógica de mercado y que se ha insertado como un virus en la vida privada. Casualmente leí, algunos días después, una entrevista al filosofo Alan Badiou en la que se explaya sobre estos temas.

–Usted es uno de los pocos filósofos contemporáneos que ha introducido en su reflexión algo único, es decir, el amor. Usted repite a menudo que es preciso reinventar el amor. ¿Cómo se hace eso?

–El amor es un gesto muy fuerte porque significa que hay que aceptar que la existencia de otra persona se convierta en nuestra preocupación. Mi idea sobre la reinvención del amor quiere decir lo siguiente: puesto que el amor se refiere a esa parte de la humanidad que no está entregada a la competencia, al salvajismo; puesto que, en su intimidad más poderosa, el amor exige una suerte de confianza absoluta en el otro; puesto que vamos a aceptar que ese otro esté totalmente presente en nuestra propia vida, que nuestra vida esté ligada de manera interna a ese otro, pues bien, ya que todo esto es posible ello nos prueba que no es verdad que la competitividad, el odio, la violencia, la rivalidad y la separación sean la ley del mundo. El amor está amenazado por la sociedad contemporánea. Esa sociedad bien quisiera sustituir el amor por una suerte de régimen comercial de pura satisfacción sexual, erótica, etc. Entonces, el amor debe ser reinventado para defenderlo. El amor debe reafirmar su valor de ruptura, su valor de casi locura, su valor revolucionario como nunca lo hizo antes. No hay que dejar que el amor sea domesticado por la sociedad actual –que siempre busca domesticarlo–. En otros tiempos, las sociedades clericales y tradicionales buscaron domesticarlo por el matrimonio y la familia. Hoy se busca domesticar al amor con una mezcla de pornografía libre y de contrato financiero. Pero debemos preservar la potencia subversiva del amor y apartarlo de esas amenazas. Y ello es extensivo a otras cosas: el arte debe también apartarse de la potencia del mercado, la ciencia igualmente. Allí donde hay un pensamiento humano activo y desinteresado hay un combate para liberarlo de los intereses.

–Usted también dice que el amor es un proceso de verdad.

–El amor saca a la luz lo que es una diferencia. En el amor aceptamos ponernos de a dos para explorar no ya lo que creían los románticos, es decir, la fusión, sino lo que es aceptar la diferencia del otro, aceptarla apasionadamente. El amor es todo lo contrario del individualismo que nos proponen. Se nos propone una soberanía del individuo, pero en realidad el individuo sólo es soberano de sus propios intereses. En cuanto hacemos algo interesante dejamos de ser soberanos. Si realizamos una demostración matemática los otros matemáticos vendrán a verificar que es cierta, dependemos de ellos. En el amor ocurre lo mismo. La soberanía es compartida con la presencia del otro. La idea de la soberanía individual es pobre porque excluye las actividades interesantes de la vida humana. El individuo se vuelve creador cuando acepta dejar de ser soberano.

–¿Qué le queda a una pareja enamorada en un mundo como éste? ¿La revuelta, la música, la poesía, el sexo, la indiferencia, la violencia, la sabiduría? ¿Cuáles son los ejes de una emancipación positiva frente a esta máquina infernal que es el mundo?


–En la situación de crisis y de desorientación actual lo más importante es guardar las manos sobre el timón de la experiencia que estamos llevando a cabo, sea en el amor, en el arte, en la organización colectiva, en el combate político. Hoy, lo más importante es la fidelidad: en un punto, aunque sea en uno solo, hay que tratar de no ceder. Y para no ceder debemos ser fieles a lo que pasó, al acontecimiento. En el amor hay que ser fiel al encuentro con el otro porque vamos a crear un mundo a partir de ese encuentro. Claro, el mundo ejerce una presión contraria y nos dice “cuidado, defiéndase, no se deje abusar por el otro”. Con eso se nos está diciendo “vuelvan al comercio ordinario”. Entonces, como esa presión es muy fuerte, el hecho de mantener el timón hacia el rumbo, de mantener vivo un elemento de excepción, es ya extraordinario. Hay que pelear por conservar lo excepcional que nos ocurre. Después veremos. De esa forma salvaremos la idea y sabremos qué es exactamente la felicidad. No soy un asceta. No estoy por el sacrificio. Estoy convencido de que si logramos organizar una reunión con obreros y ponemos en marcha una dinámica, si podemos superar una dificultad en el amor y nos reencontramos con la persona que amamos, si hacemos un descubrimiento científico, ahí empezamos a comprender qué es la felicidad. La felicidad es una idea fundamental.

Celebro las palabras de Badiou, que expresan de manera ajustada algo que he venido conversando con amigos y amigas, algunos en problemas amorosos por querer siempre algo mas (consecuencia de esas otras vidas posibles que han visto por TV) y otros conformes en su aburrido amor desapasionado, una suerte de anestesia local para evitar pensar y avanzar hacia un incierto futuro.

Lo sabemos desde Homero: la pasión es para los héroes.

JPS


jueves, 10 de febrero de 2011

La Fiesta de la Forma




1

Madame Bovary

Por que un libro sobre una mujer insatisfecha escrito en 1857 puede resultar interesante hoy? Respuesta: porque está bien escrito. Hace poco discutíamos sobre arte con unos amigos y Gastón y yo insistíamos en que el tema de una obra es una excusa, un detalle menor al que no habría que darle trascendencia. Que importa si una película retrata el conflicto de los pobres en tal o cual lugar o si narra la vida de tal o cual personaje? Nada de eso garantiza una película buena, siquiera interesante. Todo está en la mirada, en la prosa, en el sonido, es decir, en la forma. Y Flaubert, su capacidad para el detalle, su música para describir tanto los paisajes mentales como los paisajes físicos, es un genio de la forma. Flaubert no describe una realidad, la sostiene con palabras, la crea y la vuelve un objeto palpable, real. Su forma de escribir estimula los 5 sentidos. Es curioso, tanto en el Quijote como en Madame Bovary (dos de las novelas más reconocidas de la historia) sus protagonistas son ávidos lectores de libros y es por esas lecturas que anhelan un mundo ideal, alejado de sus posibilidades. El libro abre puertas que no pueden cerrarse, y leer sigue siendo el más revolucionario de todos los actos.

2

La letra de una canción es buena solo cuando lo que expresa se esconde entre las palabras. Mi lucha estética contra Sabina quizás parta de esa base. Sabina es, casi, un músico de cumbia. Su instrumentación es secundaria, su inútil juego de palabras es lo central. No tengo nada en contra de JS, y tampoco quiero perder tiempo en el, sino aclarar que lo trascendental en una canción es el sonido. Uno debería expresar sus sentimientos en la forma en la que mezcla una guitarra y no tanto en las palabras, que son siempre circunstanciales. Uno tiene los ojos para decir la verdad y la boca para hablar pelotudeces. Quizás sea por eso que Guided By Voces es una de las bandas más importantes de la historia.

4.

Los discos de Nirvana están mal grabados. Ese es mi gran problema con la banda. Si hubieran optado por una producción más despojada (como la de sus ídolos Pixies, Pavement, o los propios GBV) las canciones serian mejores, pero todo es tan estridente en las mezclas que pierde autenticidad. Sin dudas, estaban buscando un sonido radiable, con cierto gusto a hit, o quizás fueron a ese lugar sin pensarlo, dejándose llevar por la industria a la que le habían regalado su corazón. La prueba de lo que digo está en su monumental Unplugged, una verdadera obra maestra, que hoy uno contempla como puede contemplarse un cuadro, como si todo el evento no fuera más que una sola cosa llena de una belleza mórbida y poderosa. El sonido acústico y casi desafinado tiene mucho mas que ver con eso que querían expresar que el sonido de Nevermind.

5.

El componente ético ha desaparecido del mundo. Incluso en las situaciones más banales y sencillas, uno nota que lo ético es casi un código de caballeros del siglo XIX, un lenguaje olvidado hace tiempo, incinerado en algún horno de la SGM. Esta es una época extraña y vagamente triste y es probable que esta sea la razón. Hace mucho tiempo, un cineasta vilipendiado y casi olvidado como JL Godard dijo que un travelling es una cuestión moral, frase que ds aplicaría varios anos después para hablar del estilo de batería con EM: un platillo es una cuestión moral. Entre la forma y el contenido esta la ética, y hoy tenemos la sensación de estar rondando una nada circular llena de colores y slogans y consignas políticas y travellings que, en realidad, no dicen nada.

JPS


miércoles, 9 de febrero de 2011

Virus – Adiós al Verano


La intención no es dejar ninguna máxima, pero no hace mucho comprendí que lo único bueno del paso del tiempo son los cambios que se producen en el individuo. Antes, en un pasado ya demasiado lejano, no solía tener una buena opinión de Virus. Por suerte hoy esa postura es sólo eso: pasado. Recientemente los vi en vivo en Mar del Plata, en uno de esos recitales gratuitos, y de ahí surgió la idea de hacer este compilado que recorre toda su discografía pero prescinde de esos hits que han envejecido mal y hoy suenan un poco –vamos a decirlo así- molestos.



Ya se termina el verano. Volvemos a la rutina.



1- El probador
2- Me puedo programar
3- Sin disfraz
4- Hay que salir del agujero interior
5- Dame una señal
6- Imágenes paganas
7- Superficies de placer
8- Pecados para dos
9- Soy moderno, no fumo




EM.

viernes, 4 de febrero de 2011

Febrero

Somewhere de Coppola es una película ciclotimica, un intento de cine arte que por momentos se arrepiente y quiere ser hollywoodense y luego vuelve a ser cine arte y termina en un final difuso e indeciso. Creo que la directora es una gran narradora clásica, hecho demostrado en la fenomenal Las Vírgenes Suicidas, y sus intentos por otro tipo de narración mas bien post moderna terminan entregando pequeñas viñetas musicalizadas, con personajes cayendo en un tedio que se diluye hasta desaparecer. Atrapada en su propia ambiguedad, Coppola (desde Lost In Traslation hasta hoy) realiza películas que demuestran su conocimiento del cine de Tsai Ming Lang y de Pedro Costa y su incapacidad para la absoluta radicalidad de estos directores, interrumpiendo la película con escenas de trazo grueso mas dignos de el lenguaje televisivo.

Aun así, hay espacio para la belleza. Coppola sabe elegir canciones y encontrar las imágenes pregnantes que las vuelvan inolvidables. El final de la película debio haber sido aquella escena de la pileta, que muestra el milagro de la paternidad de una forma bella y conmovedora. El tema que acompaña estas imágenes es la versión original del hit de los Strokes You Only Live Once, llamado I'll try Anything Once, interpretado por Julian Casablancas con un teclado y una adorable voz de dormido. La letra es, en mi opinión, formidable.

when i said ' I can see me in your eyes',
you said 'I can see you in my bed',
that's not just friendship that's romance too,
you like music we can dance to,

Cuando escuchábamos a los Strokes todos eramos mas jóvenes, mas felices y mas prometedores, me dijo hace poco una amiga.

JPS.