viernes, 30 de septiembre de 2011

Nacido en Colchester

Hacer un compilado de Blur es menos un intento por sintetizar su obra que un homenaje a su música. Implica también una continuidad con nuestra admiración hacia Damon Albarn, hoy enfocado en su extraordinaria banda Gorillaz, compilada en su momento por BZ. Egresados del Goldsmith's College y con una impronta arty que los caracterizaría, Blur comenzó musicalmente a la sombra de bandas como Stone Roses o XTC y, más allá de algunos hits tempranos, encontró esa figura poética llamada voz en su disco Parklife, que los catapulto a los horrores de la fama. No se puede negar, sin embargo, que gran parte de la música del grupo está excesivamente inspirada en artistas de los sesenta como David Bowie o The Kinks; For Tomorrow es un homenaje algo desmesurado al estilo bowie y la canción que abre este compilado, M.O.R., es directamente un robo descarado a un viejo hit llamado Boys Keep Swingning.

La historia de The Great Escape es conocida: Albarn peco de soberbio y salió a competir con Oasis y su disco Whats The Story? (Morning Glory), perdiendo la batalla dialéctica y comercial contra los hermanos Gallagher. De manera injusta, Blur quedo a ojos del gran público como unos segundones del brit pop. Esta derrota, sin embargo, tuvo consecuencias opuestas: si Oasis solo llego a la cima para lanzarse en picada desde ella, Blur aprovecho su situación para inspirarse en Pavement, The Fall y PIxies y lanzar su mejor disco, Blur, una joya deforme y melódica con canciones indelebles como On Your Own o Look Inside America. Así, el grupo trascendió las estrechas barreras del brit pop y abrió las puertas del indie rock, formato en el que su guitarrista nerd Graham Coxon parece sentirse muy a gusto. Su posterior intento, 13, encontró a Albarn en el medio de una ruptura sentimental con la cantante de Elastica (descripta de manera conmovedora en No Distance Left to Run) y sumergido en su búsqueda indie, aunque esta vez de manera menos lograda.

Cuando Albarn creó Gorrillaz marco el saludable fin de Blur, que solo lanzo un disco más, Think Tank, casi un auto boicot a su lograda trayectoria, con el grupo entrando de manera fallida a temas políticos y búsquedas trip hop y noise que parecen haber quedado a mitad de camino. Incapaz de soportar el ego de Albarn, Coxon dejo las grabaciones del disco y desapareció en la misma neblina inglesa de la que parece haber surgido.

En el 2009, sin embargo, el paso del tiempo sano las heridas y Blur con su formación original se junto a dar un par de recitales multitudinarios en el Hyde e incluso editaron un single llamado Fool’s Day que trajo a la memoria de los treintañeros días dorados que ya no volverán.

El compilado ofrece un recorrido subjetivo y caprichoso por sus canciones y lo dejo aquí para su descarga.

JPS

BAJAR

Lista de temas:

  1. M.O.R
  2. Badhead
  3. London Loves
  4. Look Inside America
  5. No Distance Left to Run
  6. Country Sad Ballad Man
  7. Best Days
  8. She is So High
  9. It Could Be You
  10. For Tomorrow
  11. Bang
  12. Out Of Time
  13. This is a Low
  14. You are so Great

viernes, 23 de septiembre de 2011

Todo ese amor

Aquellos que conformamos el grupo de colaboradores de LSTM sentimos una especial admiración por Wilco, por lo que un nuevo disco de la banda es un hecho digno de mención en este ignoto espacio virtual. Es muy placentero admirar a un contemporáneo, escapar del panteón de los muertos y experimentar las delicias de lo actual, envejecer junto al artista, notar sus cambios y los nuestros; alguna vez le relate a mi hermana menor la noche ventosa en la que compre Odelay como si se tratara de un hecho mítico o fundacional. Es probable que los niños del futuro escuchen nuestras afiebradas historias sobre un mitológico 10 ante el cual los hombres ordinarios de conjuraban, y que oigan miles de veces las sensaciones personales ante The Whole Love, un disco editado por una banda llamada Wilco en un ya lejano 2011. Ellos, con suerte, nos ignoraran y se conectaran a una red social futura que, si bien aun no se creo, ya me da un poco de miedo.

Wilco es una de las mejores bandas americanas de los últimos años por muchas razones aunque, en mi opinión, el arma más poderosa del grupo es la voz de Jeff Tweedy, que nos lleva de paseo en una camioneta Chevrolet por la ruta 66 y nos permite observar, apoyando la cabeza sobre el vidrio de la ventanilla, las vastas praderas iluminadas por la luz del sol crepuscular que tiñe los campos de trigo con su suave tono rojizo. Si Estados Unidos se ha vuelto un país paranoico e individualista, la voz de Tweedy parece ser una forma de la esperanza, una síntesis perfecta de la tradición folk y de la tradición pop que rastrea la grandeza que su país ha perdido.

El primer tema de su nuevo disco se llama Art of Almost y parece bucear dentro de la paranoia americana y dentro de los demonios internos del propio Tweedy. Con una batería que recuerda a algún tema de Radiohead, la canción revela todo el lado noise que Wilco exploto con altura en A Ghost is Born y que en esta ocasión combina con cierta idea electrónica post Kid A. Siempre pensé a Wilco como una banda de folk pero esta canción, justo la que abre el disco, se aleja de ese concepto para transformarse en un largo viaje psicópata por el post rock, si es que post rock quiere decir algo. La letra empieza con una frase: I can't be so far away from my wasteland, que implica una idea de atracción-repulsión que marca la bipolaridad del tema y que posee un eco que llega hasta T.S. Elliot (¿Cuáles son las raíces que arraigan, qué ramas crecen en estos pétreos desperdicios? Oh hijo del hombre, no puedes decirlo ni adivinarlo; tú sólo conoces un montón de imágenes rotas)

En I Might se conserva cierta manía persecutoria pero llevada al plano personal. Tweedy, un hombre casado y con hijos, se mira al espejo y dice: Todo bien, vos no prenderías fuego a los chicos, pero yo podría. Como toda buena canción de Wilco, I Might va creciendo en calidad hasta un final lleno de coros e instrumentos folkie que siempre logran mezclar con pericia.

El resto del disco tiene un adorable e inconfundible gusto Harrison; la dulce Sunloathe habrá hecho sonreír al viejo George desde el cielo lleno de monjes en el que debe estar. Luego, claro, hay alguna melodía dylaniana en Open Mind, un ritmo de vaudeville en Capitol City y un momento altísimo en Whole Love, una marchita zumbona que parece simple pero que musicaliza el movimiento del mundo.

Wilco es un grupo de señores que parece haber encontrado la fórmula perfecta para envejecer junto al rock, combinando lo clásico y lo experimental con una armonía que nos deja pasmados. En algunos blogs leí críticas de viejos fans esperando el ruido de otras épocas; yo valoro y admiro la búsqueda de Wilco: quien se encargaría sino de las canciones lindas? Ya no quedan muchas bandas que puedan editar una belleza como Born Alone. Dejémosle el ruido a los ruidosos, la Bomba Loca a los fiesteros y conservemos ese par de preguntas y las canciones de bandas como Wilco en la secreta y compartida intimidad de los silenciosos.

JPS

sábado, 17 de septiembre de 2011

STEPHEN MALKMUS – AFTER THE GLOW



Con mis amigos empezamos a escuchar Pavement en 2004, justo diez años después del lanzamiento de Crooked Rain, Crooked Rain. Curiosamente, creímos que aquel era el disco más representativo de nuestra época, que allí estaba contenido el drama de nuestra generación. El nihilismo, la falta de virtuosismo, el ruido armónico. Fueron largas horas de ocio y tiempos muertos, cantando borrachos y fumados there isn’t absolutely nothing, nothing more than me. Nos daba esperanzas.

En la misma época se incendió Cromañón. Lo vimos por tele, esperando que se prepare el vitel toné de año nuevo. Tarde o temprano iba a pasar, dijo JPS. Para nosotros, el rock nacional era un enfermo terminal, y las bacterias podridas se diseminaban por todas partes, entre los músicos, los periodistas, entre los pibes. Así que internet nos abrió esa puerta de escape y nos permitió reconciliarnos con un pasado que no sabíamos que existía. Un mes después, ya decíamos que el mejor tema de los 90 es "In the Mouth a Desert".

Nunca intenté descifrar por qué me gustó tanto Pavement cuando tenía 20 años, pero sin dudas fue la banda que me cambió la manera de escuchar música, y también de hacerla. Fue como un amor adolescente, hermoso e intenso. El otro día –siete años después-, tras unas intensas jornadas de trabajo a tiempo completo, volví a escuchar Pavement. Y todo volvió, con sus colores y su aroma intactos. Las tardes enteras en la Plaza San Martín de La Plata, tomando una coca, mirando culitos, buscando un poco de acción. Pero ya no es euforia, sino una nostalgia feliz.

El tiempo, el trabajo, las novias, todo pasó y varias veces. Ahora nos hemos puesto un poco más maduros. Hoy me di cuenta de esto, cuando estaba por subirme al auto y vi una pareja caminando. Iban tomando una lata de cerveza por la calle y la chica imitaba un paso de baile, el pibe reía. Se veían bien. “La juventud”, pensé. Fuck.

Malkmus también está grande. Ya tiene 45 pirulos y seguramente le duela la cintura si pasa mucho tiempo sentado. Y si toma frío tarda cuatro días en recuperarse. Pero sigue haciendo música, y bastante seguido, y bastante bien. Así que bajé todos los discos y armé un zarpado compilado.

En 2004 descubrimos y amamos Pavement. En 2011, reafirmamos la genialidad de Malkmus solista. Por eso, este compilado es un homenaje al tiempo, esa sustancia de la que todos estamos hechos. Lo que diez años atrás nos llenaba de euforia, hoy nos da tristeza. La música permanece igual, lo que cambia es nuestra percepción. Por suerte, Malkmus sigue generando material nuevo y nos da una nueva oportunidad para emborracharnos, fumarnos uno de esos y cantar What you gonna do? I don’t know my friend!

La siguiente es una selección de las mejores canciones que editó SM en los últimos 10 años. Quizás debamos esperar otros diez año más para entender por qué es tan genial. Acaso hoy seamos demasiado jóvenes para saberlo.

BAJAR

Enjoy,

ds