domingo, 28 de agosto de 2011

Nos vamos poniendo tecnos

Leí en la RS una nota a Elton John en la que cuenta que, en la vida de todo artista, hay 5 o 6 años en los que todo le sale bien: compone una canción brillante detrás de la otra, sale de gira y toca ante miles de personas, tiene romances apasionados, gana premios y es considerado el hombre más cool del mundo; luego ese momento desaparece por las mismas misteriosas razones por las que llego y el hombre permanece el resto de su vida en las luminosas sombras del recuerdo, entregándose resignado al clasicismo. Sobre el final de la entrevista Elton dice con un dejo de ironía: hoy me conformo con estar de invitado en el disco de Kanye West.

Hace unos dias lei una entrevista a Stephen Malkmus en las que declara con sabiduría palabras que cito:

Me gusta mi obra vieja y no reniego de ella, porque si bien tiene forma de tormentas de ideas algo caóticas, era el modo de narrar que me parecía contundente entonces. Pero es cierto que uno va cambiando y busca profundizar sus reflexiones y sus miradas. Todo lo que te pasa cada día te cambia un poco. A los 45 años creo que he acumulado unos cuantos días de cambios como para tomarme este proyecto de este modo. Y en todo ese tiempo, la industria de la música ha cambiado. Lo que no siento que haya cambiado tanto es la música en sí. Pero, tampoco estoy pensando en hacerlo ahora: soy un tipo de 45 años que escribe sobre senadores. El cambio es una virtud de los jóvenes.

EM y yo llegamos a la conclusión de que uno llega a un mundo y se va de otro. El tiempo lo cambia todo y llegado el momento comenzamos a vivir en una mezcla difusa hecha de recuerdos y de un presente incompresible que no cesa. El mundo cambia, el mundo tiene la obligación de cambiar; nosotros debemos resignarnos a lo efímero y a lo inmutable del yo.

Como explicar que el Indio Solari haya condensado su momento en El Regreso de Mao y que hoy nos entregue viñetas fallidas de una realidad que no comprende? Como explicar que Calamaro haya pasado de ser el corazón roto de una generación a la compañía de la ama de casa en los viajes al supermercado? Simple: el tiempo pasó, ellos ya no sintonizan con el presente y se han vuelto meros trabajadores de la música, una rocola que escupe canciones sin sentido. Están condenados a la gloria por su pasado brillante, pero el tema del posteo es, creo, eso de lo que habla Malkmus: el cambio es una virtud de los jóvenes.

En qué momento dejamos dejemos de ser el tiempo que corre y nos paramos como Fito "al costado del camino"? Qué ironía que esa canción sea el final de Fito como artista del presente y haya marcado su entrada al Panteón de próceres nacionales, un lugar donde uno está condenado al perpetuo homenaje, casi una forma de la pesadilla. No es casual que muchos musicos mueran antes de ser bronce, la existencia esta llena de contradicciones y a veces morir es una forma de no estar muerto.

Si pienso hoy en Vicentico me deprimo recordando los gloriosos tiempos de Fabulosos Calaveray La Marcha del Golazo Solitario, donde el cliché de lo latino se trascendía a fuerza de tango, punk y metal. El compositor de Niño Diamante ya no existe, aunque lleve el rostro y comparta algunos datos biográficos con el crooner poco inspirado que hoy vemos por televisión. Como dijo Withman, un hombre encierra multitudes.


Malkmus ve el cambio como una virtud. Quizás allí radique algún indicio para entender que razones nos separan de golpe y sin que nos demos cuenta del tiempo que no cesa.

JPS

miércoles, 10 de agosto de 2011

La musica no tiene moral


Durante mucho tiempo he sentido desprecio por la música de Babasonicos, por su frivolidad y su apelación directa a un público adolescente de sospechosa rebeldía. Hace un ano, quizás menos, comencé a escucharlos. En el centro de la enfermedad intelectual de la época, el progresismo, que ha hecho del arte un pasatiempo y de la política una estética, Babasonicos parece ser una salida. No puedo estar a favor de un grupo de imbéciles que consideran a Zambayonni un artista, ese es el momento en que recuerdo aquellas películas de Costa Gavras en las que los adictos al partido hablaban de política e términos cuasi religiosos. Comienzo a creer que la mayor forma de resistencia es, justamente, el nihilismo, la apolitizacion consciente y lucida. Esto implica un peligro, claro, pero por el momento quizás sea conveniente alejarse de la vergüenza coyuntural de La Mancha de Rolando, Fito Páez, Jauría y demás exponentes de este progresismo vaciado de contenido y oportunista, casi un acto de mala fe, y optar por la distancia.

Como una invitación llega la letra del primer tema de este compilado, Fan de Scorpions, que en su estribillo dice:

Seamos estupendos amigos
dejemos la crítica de lado
la música no tiene mensaje para dar.
La música no tiene moral.

No hay nada más satisfactorio que escuchar una frase así en estos momentos de decadencia. Si el arte no es rebelde, si el arte no está alejado del poder, está muerto; puede servir para musicalizar alguna revuelta popular pero luego se desvanecerá en la bruma de la mediocridad. Como dijo alguna vez Gustave Flaubert, Lo más elevado en el Arte no es hacer reír, ni hacer llorar, sino obrar a la manera de la naturaleza, es decir, hacer soñar.

Los temas de Babasonicos hablan sobre putitas, borrachas, masturbaciones; como un Boris Vian argentino y clase media Dargelos pretende celebrar la amoralidad burguesa con canciones producidas con un buen gusto que asombra. Lo que busca, creo, es mantenerse en el plano de la incorrección política, indignar a los bien pensantes. Dargelos se regodea en un hedonismo que se aferra al impulso vital y que se aleja del propuesto por el capitalismo; creo que profundamente es un nihlista, un cínico y una hombre inteligente que se ha realizado a sí mismo, a pesar de tener una banda que en muchos momentos no pasa de mediocre.

Los primeros discos de Babasonicos atrasan 10 anos, su sonido no puede despegarse de la escena del Nuevo Rock Argentino. A partir de Jessico encuentran el sabor del clasicismo y logan varias canciones hermosas y tocadas con pericia. A excepción de La Era del Amor y Patinador Sagrado (, todas los temas pertenecen a su etapa post Jessico por la sencilla razón de que la anterior me parece imposible de escuchar. Disfruten estas 10 perlas nihilistas y superficiales como una reacción, equivocada quizás, contra la manipulación soviética que acecha en las sombras luminosas de la televisión.

BAJAR

JPS