03. Old Man de Neil Young
1.
Este fue el año en el que comprendí, por primera vez, que me estaba poniendo viejo. Esto no me deprime, por el contrario, siempre es bueno experimentar las sensaciones que la vida nos tiene preparadas y, por otro lado, suscribo desde pequeño a aquella frase del alma mater de este blog, Mark E. Smith: a los 13 años quería ser un viejo de 80. Podría escribir los versos más tristes esta noche, y explayarme sobre toda clase de visiones sobre eso que nos pasa, el tiempo. Realmente no tengo ganas. Santa Claus se acerca en su trineo y estuve hojeando Silogismos de la amargura de Emile Cioran, contraste que me dejó algo exhausto. En todo caso, la frase más certera sería
Mi misión es matar al tiempo, y la de éste, matarme a mí. Se está bien entre asesinos.
Conocí la obra de Cioran hace algunos años, en una vida que parece de otro, y leerlo de nuevo fue algo chocante. No porque el rumano haya perdido algo de razón, por el contrario, la vida sigue sin tener el menor sentido. Pero siento que ya no vale la pena regodearse en la angustia. Me he convencido de que es mejor concentrarse en la belleza. Quizás sea un cliché total citar el final de Manhattan, pero hace poco la volví a ver con las defensas bajas y me afectó de sobremanera, sobre todo cuando en la enumeración final a Woody se le escapa la frase la sonrisa de Tracy. Fuck.
2.
The Rear Window es una gran película. Jimmy Stewart es un fotógrafo aventurero que, por un accidente, se ve confinado a una silla de ruedas. El tedio lo lleva a mirar a través de unos binoculares la vida de sus vecinos, y luego de algunos días comienza a creer que uno de ellos ha asesinado a su esposa. Lo genial del asunto es que el protagonista oscila a lo largo de todo el metraje entre eso que se supone que sucedió y la relación con su preciosa novia, Grace Kelly. Jimmy está tan cebado con el supuesto crimen (visto únicamente a través de esa lente algo morbosa) que es incapaz de apreciar la belleza de su mujer.
Los paralelismos de aquí en más son algo evidentes. Sí, el protagonista es una metáfora ajustada del hombre moderno (un aventurero condenado a la parálisis), los binoculares y la cámara parecen reflejar ajustadamente la realidad mediatizada en la que vivimos, y Grace es la dosis de belleza menor pero imprescindible que nos deja la vida actual. Y podría hablar sobre todo eso que he visto a través de los binoculares, estúpidos temas de la agenda de los medios (los Pomar, la ley de Medios, Moyano, etc.), pero por una vez y para siempre voy a concentrarme en la belleza. Dejémosle la realidad a Andino, a Graña, a Tinelli, a toda esa troupe de almas bellas que cada tanto resignan la enorme cantidad de dinero que ganaron revolviendo la basura para regalarle un microondas a unos chicos mal alimentados. Me quedo con Grace.
Si quitáis de nuestros corazones el amor de lo bello, nos quitáis todo el encanto de vivir.
Las citas son siempre un lastre que debe cargar el que cita, pero en este caso me pareció ajustado repetir las palabras de Rousseau porque, si hay algo que los medios están haciendo con nosotros (con sus olas de inseguridad, climas de crispación y demás bananas) es quitarnos la Belleza, en palabras del Bambino Veira.
3.
El Indio Solari dijo una vez: antes creía que podía cambiar el mundo, ahora me cuesta comenzar una dieta. Empezaré después de las fiestas. Veremos qué pasa.
1.
Este fue el año en el que comprendí, por primera vez, que me estaba poniendo viejo. Esto no me deprime, por el contrario, siempre es bueno experimentar las sensaciones que la vida nos tiene preparadas y, por otro lado, suscribo desde pequeño a aquella frase del alma mater de este blog, Mark E. Smith: a los 13 años quería ser un viejo de 80. Podría escribir los versos más tristes esta noche, y explayarme sobre toda clase de visiones sobre eso que nos pasa, el tiempo. Realmente no tengo ganas. Santa Claus se acerca en su trineo y estuve hojeando Silogismos de la amargura de Emile Cioran, contraste que me dejó algo exhausto. En todo caso, la frase más certera sería
Mi misión es matar al tiempo, y la de éste, matarme a mí. Se está bien entre asesinos.
Conocí la obra de Cioran hace algunos años, en una vida que parece de otro, y leerlo de nuevo fue algo chocante. No porque el rumano haya perdido algo de razón, por el contrario, la vida sigue sin tener el menor sentido. Pero siento que ya no vale la pena regodearse en la angustia. Me he convencido de que es mejor concentrarse en la belleza. Quizás sea un cliché total citar el final de Manhattan, pero hace poco la volví a ver con las defensas bajas y me afectó de sobremanera, sobre todo cuando en la enumeración final a Woody se le escapa la frase la sonrisa de Tracy. Fuck.
2.
The Rear Window es una gran película. Jimmy Stewart es un fotógrafo aventurero que, por un accidente, se ve confinado a una silla de ruedas. El tedio lo lleva a mirar a través de unos binoculares la vida de sus vecinos, y luego de algunos días comienza a creer que uno de ellos ha asesinado a su esposa. Lo genial del asunto es que el protagonista oscila a lo largo de todo el metraje entre eso que se supone que sucedió y la relación con su preciosa novia, Grace Kelly. Jimmy está tan cebado con el supuesto crimen (visto únicamente a través de esa lente algo morbosa) que es incapaz de apreciar la belleza de su mujer.
Los paralelismos de aquí en más son algo evidentes. Sí, el protagonista es una metáfora ajustada del hombre moderno (un aventurero condenado a la parálisis), los binoculares y la cámara parecen reflejar ajustadamente la realidad mediatizada en la que vivimos, y Grace es la dosis de belleza menor pero imprescindible que nos deja la vida actual. Y podría hablar sobre todo eso que he visto a través de los binoculares, estúpidos temas de la agenda de los medios (los Pomar, la ley de Medios, Moyano, etc.), pero por una vez y para siempre voy a concentrarme en la belleza. Dejémosle la realidad a Andino, a Graña, a Tinelli, a toda esa troupe de almas bellas que cada tanto resignan la enorme cantidad de dinero que ganaron revolviendo la basura para regalarle un microondas a unos chicos mal alimentados. Me quedo con Grace.
Si quitáis de nuestros corazones el amor de lo bello, nos quitáis todo el encanto de vivir.
Las citas son siempre un lastre que debe cargar el que cita, pero en este caso me pareció ajustado repetir las palabras de Rousseau porque, si hay algo que los medios están haciendo con nosotros (con sus olas de inseguridad, climas de crispación y demás bananas) es quitarnos la Belleza, en palabras del Bambino Veira.
3.
El Indio Solari dijo una vez: antes creía que podía cambiar el mundo, ahora me cuesta comenzar una dieta. Empezaré después de las fiestas. Veremos qué pasa.
2 comentarios:
Creo que la frase del Indio me resume.
EM.
Tremenda canción, nunca me gustó demasiado la voz de Neil Young pero lo compensa con la emoción que le pone.
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