sábado, 13 de noviembre de 2010

Belleza



Macca toco en vivo. Ver a un Beatle de cerca puede ser conmovedor. Los miedos ante este tipo de recitales son siempre los mismos: caer en la nostalgia, en el espectaculo, en el horrible hecho de ver a una leyenda. Paul se mantuvo en el presente. Las gemas de la primera epoca beatle (que nunca imagine escuchar en vivo) sonaban en su total dimension, puras y incolumes como diamantes hechos de melodia. Cerre los ojos y comprendi que And I Love Her y los arreglos de guitarra de Harrison se han separado del tiempo. Musicalmente, el viejo sigue estando elevado, casi sin quererlo sonaba a los LIbertines, a los Artic Monkey, a Oasis, a Coldplay, a The Fall, esa clase de sutilezas que uno comprende escuchando una banda en vivo.

Paul se sento en el piano y toco The Long And Winding Road y claro, fue como escuchar la musica que a Dios le gustaria poner mientras hace un asado. En Blackbird me hizo llorar y describir el porque de eso parece imposible, quizas tenga que ver con el extasis ante la contemplacion de Schopenahuer, mediante el arte, mediante la obra del genio, entramos en contacto con el universal, que es independiente del individuo y mas real que el. Quien sabe. Con Paul es imposible no caer en los cliches: al lado mio habia una pendeja de 15 anos que canto Helter Skelter con el mismo fervor con el que lo hizo un viejo de 70 anos que estaba dos bancos mas alla. Gaston y yo nos avergonzamos al vernos lagrimear en Here Today, tema que le hizo a Lennon y que toco solo con su guitarra. Algunos temas sensacionales de su estapa solista como Let Em In y Bluebirds llenaron de armonias el repleto estadio de River. Incluso una cancion que en su momento no me gusto del todo, Dance Tonight, sono perfecta, simple, bailable y llena de arreglos perfectos.

Hay algo conmovedor en la figura de Paul. Un tipo que con su guitarrita viene tocando hace 40 anos los suenos y las frustraciones de un siglo XX que ya no existe, un tipo enamorado que perdio al amor de su vida, un beatle que perdio a su otra mitad de cinco balazos en la puerta de un hotel, un musico vilipendiado por una etica punk que termino con Cobain pegandose un tiro en la cabeza. La energia de Paul, su eterna sonrisa, su humildad en el escenario, su capacidad para pasar los malos momentos, quizas recaiga en su capacidad para aferrarse a la belleza, entendida esta como un ideal artistico. Mas alla de su talento casi inhumano, Macca como artista cree en lo bello (que es siempre lo bueno y lo verdadero) y en su carrera no ha hecho mas que dejarnos toneladas de belleza. En una epoca donde lo feo pasa por autentico, siempre es bueno escuchar I've Just Seen a Face, como escuche yo en River, y volver a las bases.

JPS


No hay comentarios: