Rock adulto. No hay una definición más precisa para el nuevo disco de los Strokes. Discutíamos el asunto con JPS. Más allá de mi postura de que “Angles” era superior al anterior, la conclusión a la que arribamos fue que lo mejor es asistir a la maduración del grupo. Con los neoyorquinos pasa eso: los vimos nacer y fuimos testigos de su evolución mientras contemplábamos la nuestra. Hoy las canciones son –deben serlo- distintas, sin que eso signifique atentar contra la esencia que explica la supervivencia musical de toda banda.
“Es música del futuro”, definió Casablancas. Hay tal vez un único modo de soportar el paso del tiempo: acompañarlo con dignidad. Este disco suena, en todo momento, equilibrado, revitalizado, enérgico y sutil, con las influencias de siempre (Zeppelin y The Cure, por ejemplo) sonando como tienen que sonar hoy.
Se revitalizaron los Strokes, se revitalizó R.E.M. Lo que acá llamaríamos entrar a los 30 por la puerta grande.
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EM.
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