A riesgo de ser reiterativos, lo cual de todos modos no nos molesta para nada, vamos a decir que hay pocas canciones tan trascendentes y formativas para escuchar en un fin de semana atroz. Uno lo pone y el tema enseguida inunda la habitación. Una, dos, todas las veces que sea necesario. Concepción adulta, producción notable, inalcanzable instrumentación de violines, el equilibrio justo en la distribución del sonido, aires a musicalización de película, magnéticos arreglos de piano, una inquieta base de batería y una letra de crisis: “I'm here to fall with you”. Y hay otra cuestión: Yo
EM.
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