jueves, 11 de marzo de 2010

Consecuencias de una conversación

1.
Recuerdo un diálogo con Gastón, hace tiempo, mientras leía una banal lista de Mejores Discos de los 90 en Internet, antes de los blogs y de Wikipedia, .

JPS: -Creo que me voy a comprar un disco de Mercury Rev. Dicen que son buenos.
Gastón: -Genial. Siempre quise ser la clase de gente que escucha Mercury Rev.

10 años después admito con felicidad que hemos logrado ese modesto objetivo.

2.

Hace unos meses estuve en una guitarreada con mis compañeros de la secundaria, en una estancia hermosa con pileta, cancha de tenis y demás felicidades. Aunque soy un eximio instrumentista desconocía por completo los acordes de las canciones de La Mancha de Rolando, por lo que apenas pude fumar en silencio mientras los arquitectos, abogados y doctores que me rodeaban coreaban felices arde la ciudad. El tema, claro, me parece una basura, pero como no pretendo ser vanidoso o llamar la atención manifestando mi contrariedad, canté con el grupo las partes de la canción que me sabía. Quizás no tenga el menor sentido juzgar a las personas por la música que escuchan, pero quién sabe, en ese momento me resultaron un conjunto de imbéciles. Después, café y tortas de por medio, viendo el horizonte lleno de soja de la pampa argentina desde unas anchas reposeras, criticaron al gobierno de Cristina Fernández, no con argumentos válidos, sino desde el simple odio de clase y el pánico al negro de mierda. De Narváez estaría sonriendo en la máquina criogénica en la que vive. Yo no abrí la boca, por miedo a dejar de ser testigo y volverme fiscal de ese momento de plena argentinidad desplegándose frente a mis ojos. La conversación fluyó hacia el ámbito laboral: aunque parecían tener un excelente pasar, hubo quejas y lamentos. Tengo la idea de que todos suponen que deberían ser millonarios, o quizás no pueden tolerar que otros lo sean. Quién sabe. Nos despedimos en el crepúsculo, un ex compañero que sabe de cine me recomendó Little Miss Sunshine, desconociendo mi admiración por la obra de Budd Boetticher. Le dije que la había visto y que era genial. Mentí.

3.

Estuve hace poco en una cena con sociólogos, periodistas y psicólogos, un grupo de amigos que esta hermosa ciudad supo regalarme. Un departamento pequeño con vista la ciudad nos agrupó alrededor de una mesa de pino. La dueña de casa pidió unas pizzas por teléfono y con eso nos quitamos el hambre. Todos parecían estar muy informados sobre la actualidad, eso que sucede en Clarín. Los Redondos eran la música de fondo para una charla extraída o copiada del programa 6,7,8. Comenzaba a fastidiarme. Un espíritu conservador surgía lentamente en mi interior, impulsado por esas películas de John Ford y esos libros de Borges que me cambiaron la vida. Los progresistas, curioso grupo humano, parecían relegar la ética al ámbito de la utopía y reclamaban pragmatismo, palabra que no logré comprender del todo. Gente que hasta hace poco desconocía por completo la política o la historia no tenía pudor para hablar de izquierda o de derecha y acusaba a Clarín de mentir, como si eso no fuera la cosa más obvia del planeta desde hace años. El nuevo panteón de próceres nacionales (Víctor Hugo Morales, Sandra Russo, Orlando Barone) recibían sus habituales elogios y yo pensé que el peronismo es el mismo partido que nos había regalado a Menem y a Kirchner, sin solución de continuidad. Como el nuestro es aún un país de caudillos, cualquiera que asume se confunde con el Estado y encarna físicamente un cambio que contradice todo lo anterior, impidiendo que la cuestión vaya hacia algún lugar. Permanecí en silencio escuchando un intercambio de opiniones del que me alejaba progresivamente, y por la ventana vi la ciudad que cambiaba indiferente a nuestras conversaciones. Llegué a mi departamento justo para ver el final de Policías en Acción. En una villa miseria del conurbano, un hombre asesinó a otro frente a toda su familia porque ponía la cumbia muy alta. La misma hija del fallecido, adolescente, hablaba con frialdad del tema, como si la muerte hubiera perdido toda importancia.

4.

Creo que Empire State es uno de los mejores temas de Mercury Rev.

Hard as the kick in a young man's stride/I stabbed myself back into the night/One heel in front, one heel behind/Life in the Empire State...Angels and devils before my eyes/The palms of my hands hung by my side/Helpless I watched them destroy and divide/Life in the Empire State

Que bueno escucharlos. Que bueno ser esa clase de gente.



JPS

2 comentarios:

Anónimo dijo...

un tema increíble, buen gentil.
como siempre, su prosa permanece intacta.
me cuesta creer nomás que en ambas reuniones se haya mantenido sin hablar... dudoso viniendo de ud. je.

saludos de su bro.

Anónimo dijo...

desde que te fuiste permanezco en silencio, ds. me parezco a bernardo, el del zorro, pero con la forma de un avatar.

jps