viernes, 29 de abril de 2011

Montañas de Basura



Beck es un hombre de genio. Parte de su música parece haber sido hecha con la chatarra que, por toneladas y toneladas, genera la sociedad americana. En algún momento conoció el amor y, claro, su corazón se rompió. Su desdicha fue nuestra felicidad: su viaje sentimental nos ha dejado piezas de una tristeza irreparable. Hay una enorme distancia entre aquel cínico white trash de Loser y el adulto desesperanzado y lucido de Sea Changes. Esa distancia es el tiempo, ese ente congelado sobre el que nos deslizamos. El tiempo no ha sucedido, Beck es quien lo ha hecho, y su movimiento ha sido reflejado en canciones no exentas de una sutil perfección post moderna.

Para entender a Beck hay que pensar en la cultura de LA, su hip hop, su música mexicana, su pasión secreta por el rock, su superficialidad metafísica. En los bordes de esa cultura se crio el señor Hansen. Más cínico que Cobain, menos sentimental que Malkmus, Beck plantea un gran collage sobre la decadencia americana desde los ojos de un nerd que quedo afuera del equipo de futbol americano. Así lo conocimos, con su hit Loser, y probablemente así lo recordaremos, ya que las primeras impresiones son las que perduran.

Los primeros intentos musicales de Beck son experimentales y excluyen la idea de un oyente. Sus discos, grabados originalmente en cassette, son un cumulo de canciones deformes sin mayor estructura, un acto adolescente de agresión al buen gusto. Los trabajos incluyen extensos diálogos de películas, entrevistas, ruidos incidentales y voces saturadas hasta lo inteligible. En esta primer etapa podemos incluir su primer trabajo, Golden Feellings, su colaboración con Calvin Johnson One Foot in the Grave, los discos Stereopathetic Soulmanure, A Western Harvest Field By Moonlight y Mellow Gold (que incluye Loser y esa forma del olvido que es la fama). He seleccionado algunas canciones preciosas que sirven como muestra del imaginario de Beck durante aquellos primeros noventas: Sleeping Bag y Pay No Mind (Snoozer).

Beck se consagra y crea un estilo con Odelay. El músico hizo del collage una forma artística que parece sintonizar a la perfección con su época. Con robos declarados a Them, algo de folk y de hip hop, ritmos bossa nova y música electrónica, Beck mezcla todo en su coctelera nerd y homenajea y parodia la música contemporánea. Su sentido del humor se vuelve exquisito. En Mutations y Midnite Vultures continua esta línea y se vuelve una estrella de la música.

Pero incluso a las estrellas de rock les rompen el corazón. El secreto admirador de Nick Drake que es Beck se revela con toda su intensidad en el excelente Sea Changes. Visto en su momento por algunos críticos como un gesto y no tanto como una manifestación del corazón, el disco ha crecido con el tiempo y sigue siendo una hermosa oda a la tristeza, a la conmiseración y a ese estado desgarrador del alma en el que la otra mitad desaparece y el vacio acecha. De esta obra maestra solo he seleccionado Sunday Sun, quizás porque vale la pena escucharlo en su contexto y no tanto fuera de este.

Luego de la transición que supuso Sea Changes, a Beck le llega la madurez, estado temido por la mayoría de los artistas. Sus discos son Güero, The Information y Modern Guilt, todos sin dudas valiosos aunque algo irregulares y llenos de digresiones. Beck se pone más oscuro, como si hubiera perdido la inocencia.

Este compilado excluye los grandes hits de su carrera y se centra en su obra menos conocida para el gran público (si es que tal cosa existe). Incluye además una colaboración con Charlotte Gainsbourg (Heaven Can Wait) y las canciones que realizo para las bandas de sonido de A Less Ordinary Life y Eternal Sunshine of a Spotless Mind: Deadwaight y Everybody’s Gotta Learn Sometimes.

Beck es además un gran gestor de covers. Leonard Cohen, Nick Drake. The Velvet Undergorund, todos han pasado por la áspera voz del músico, y pueden escucharse en la red.

El compilado tiene el humor de una resaca después de una noche en la que uno, burgués de comodidades banales, se transformo en un maldito de la literatura sin haber escrito jamás un libro. Las mujeres pueden parecernos, en estos extraños momentos, soldados de un ejército secreto, invencible, inconsciente de su invulnerabilidad y por eso mismo muy poderoso. Nada mejor, luego de epifanías como esas, que escuchar Deadweight.

BAJAR

JPS

Lista de temas:

1. loser (mellow gold)

2. think im in love (the information)

3. lord only knows (odelay)

4. nobodys fault but my own (mutations)

5. sunday sun (sea changes)

6. pay no mind (snoozer) (mellow gold)

7. sleeping bag (one foot in the grave)

8. sissyneck (odelay)

9. go it alone (guero)

10. deadweight (soundtrack)

11. beatiful way (midnite vultures)

12. everys gotta learn wometimes (soundtrack)

13. tropicalia (mutations)

14. heaven can wait (con charlotte gainsbourg)

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