miércoles, 26 de noviembre de 2008

Perdido en las montañas

La siguiente nota será publicada en la revista Bonzo Rock, de El Calafate, Santa Cruz. El compilado está en proceso. Deberán esperar al siguiente post.


Adentrarse en la discografía de los Mountain Goats requiere mucha paciencia y dedicación. Algunos grandes hombres han quedado a mitad de camino. Yo, sin embargo, he alcanzado la meta, aunque llegando a sentirme aún más confundido que al principio sobre lo particular que es esta banda. Mientras más se intenta saber, más se pierde uno. Si es buena o no, lo dejaré al criterio del lector. En los párrafos siguientes me dedicaré a soslayar un breve recuento de hechos y experiencias sobre esta banda de Claremont, California.


Mountain Goats, a priori.

Recurrimos a la fuente principal: Wikipedia, y qué tal: nadie se ha encargado de escribir aún la historia de los Mountain Goats (al menos nada interesante). E incluso los datos que allí aparecen suenan vagos, casi como inventos desesperados de fanáticos desesperados por encontrar un sentido a sus pequeños objetos fetiche. El nombre, por ejemplo: Las Cabras Montañesas. Dicen que fue tomado por el tema Yellow Goat de Screaming Jay Hawkins. La seguridad con la que se afirma este hecho me obliga a poner en duda el resto del artículo. ¿Será así de azaroso? No lo sé, para Wikipedia todo es la verdad hasta que se afirme lo contrario. Y por lo visto nadie la ha contrariado.

Luego sabemos: Mountain Goats es una banda, pero podría no serlo. Está compuesta, o estuvo siempre compuesta, por el cantante, compositor y genio creador John Darnielle, y otro músico, ya sea un bajista o un baterista. Sus nombres aquí no importan, sólo importa Darnielle.

Darnielle empezó a componer un día de 1991 (que imagino monótono y triste). Grabó unos casettes en su grabadora portátil y los editó para algunos amigos. Hizo lo mismo un par de veces más, hasta que sorprendentemente para Darnielle, había otra gente además de sus amigos que lo estaban escuchando. Y así siguió, dejando grabaciones desparramadas por ahí, canciones sueltas, en singles, en EP’s, en LP’s, siendo algunas muy difíciles de digerir.

Y llega el año 2005 y Darnielle ya está en su mejor momento. Como si dejasen añejar un whisky la cantidad de años suficientes para que el líquido alcance un perfume, una consistencia y una calidad que por un momento nos dé la sensación de que éste es nuestro lugar en el mundo y que es un mundo hermoso, Darnielle se dedicó a grabar un disco por primera vez autobiográfico, sobre su infancia, su padrastro abusivo y su amor por la música. Lo llamó The Sunset Tree y fue el tema de conversación de todos los críticos de música indie del momento.

“El mejor disco del año” “Nunca escuché algo así” “Estoy enamorado de los Mountain Goats”.

Y así fue como los conocí.

Mountain Goats, primera parte.

The Sunset Tree suena como si alguien hubiese encontrado cintas guardadas en un sótano que nadie abría desde 1965. No, mentira. No sé a qué suena. A dolor. Sí, a eso, al dolor de una persona, de Darnielle supongo.

Dice en el libro interno:

Dedicado a cada chicho o chica en cualquier parte que vive con gente que abusa de ellos, con las siguientes buenas noticias:

Van a salir vivos

Vivirán para contar la historia

Nunca pierdan la esperanza


Pero en ningún momento escuchamos Padre, por favor, deja de golpearme o Soy una víctima de tu locura. No, Darnielle es más inteligente que eso, es tan sutil, tan honesto, que pone la piel de gallina.

Conocer a los Mountain Goats por The Sunset Tree es como tener sexo anal en la primera cita. Parece no quedar mucho lugar para el misterio, ya llegamos a la cima sin pisar una sola piedra.


Mountain Goats, el intermezzo: entrevisto a John Darnielle.


Entonces le escribí un mail. “Hola John, una entrevista”. Ok, me responde. Y mando preguntas, sin haber escuchado más que algunas canciones, sin saber casi nada de él. Pero ya estaba en eso, así que mandé. (Copio sólo algunas).


Yo: Si pensamos que todo artista es el resultado de un cierto lugar y una cierta época, ¿cómo te las arreglaste para sonar diferente a todos tus compositores contemporáneos? ¿Qué estabas escuchando cuando Nevermind estaba cambiando la mente de todo el mundo?


John: Cuando Nevermind estaba en los charts yo escuchaba principalmente KNAC, que era una estación de radio de heavy metal de Los Ángeles. Además, una buena cantidad de música pop mexicana (Los Bukis, Los Yonics, un grupo de chicas llamado Pandora, Juan Gabriel & especialmente mi favorita, Ana Gabriel). Por esa época también estaba escuchando el catálogo completo de Steely Dan, The Gun Club, mucho Coltrane... Siempre he tenido un gusto bastante amplio. No creo mucho en el asunto de la “influencia”. Mi composición es sólo lo que se me viene a la cabeza cuando me siento a escribir; no es algo demasiado planeado.


Yo: No escuché tus discos en orden cronológico. Empecé con The Sunset Tree y luego llegué a Ghana, que también es muy bueno pero que propone una forma muy diferente de hacer música. Pienso que es un disco extremo, sin outtakes o grandes arreglos o producción. ¿Es esa tu intención con la música? ¿La idea de honestidad brutal?


John: Te sorprendería cuan apasionadas están algunas personas con respecto a esas primeras grabaciones. Es cierto, yo tuve una idea muy fuerte de “hacelo de una / a la mierda con la producción”, mantuve esa estética durante muchos, muchos años. Creo que la llevé tan lejos como puede ser llevada. El último disco grabado en forma casera se llama All Hail West Texas, y estoy bastante orgulloso de él, pero luego sentí que era el momento de explorar otros caminos. Pero sí, “extremo” solía ser mi prioridad estética número 1. Ahora es “cercano”, si es que eso tiene sentido.


Yo: Cada vez que mis amigos escuchan The Sunset Tree también ponen Astral Weeks y Bryter Later. ¿Qué pensás de esa combinación?


John: Bueno, es una linda combinación ya que son discos muy buenos!!! No pienso que mi material sea tan sesentoso en realidad, pero los dos son discos increíbles, claro... Aunque mi disco favorito de Nick Drake es Pink Moon. Van Morrison... hay tanto para elegir de él... Escuchaste Common One? Solía ser difícil de encontrar, pero es de lo mejor de fines de los setenta de VM.


Yo: ¿De dónde surge la necesidad de escribir canciones? Sos el redactor y editor de una revista de rock, ¿algún motivo especial para escribir sobre música?


John: Oh, no lo sé. Sólo tengo el deseo de hacer algo realmente bueno, entendés lo que quiero decir..., y siento que nunca he estado cerca de algo así... Me gusta bastante mi propio material, pero siempre siento que lo puedo hacer mejor, así que es una eterna lucha por acercarse a algún tipo de ideal...

Escribir sobre música es en realidad una forma de tratar de articular mis pensamientos sobre el tema, para tratar de entender por qué me gustan las cosas que me gustan.


Mountian Goats, segunda parte y en busca de la tercera


Podemos sacar algunas conclusiones: Darnielle es un tipo raro, muy raro. Pensar que escucha Ana Gabriel ya es raro. Saber que escribió un libro sobre Black Sabatth es raro, que es vegetariano, y que ha definido al disco de Stockholm Monsters como el mejor de la historia es también muy raro.


Periodista convencional: esa capacidad de no encajar en un molde y de sorprendernos es lo que vuelve único a The Mountain Goats y nos impulsa a seguir cada paso de su carrera.


Periodista inteligente: Ya salgan a comprar sus discos.


(Yo los bajé de internet porque soy pobre pero culto, y ahora hay 351 canciones de los Mountain en mi Winamp, y pienso: recién los estoy conociendo. Este artículo está incompleto).