sábado, 23 de enero de 2010

Alemania, año cero


Una de las preguntas innecesarias que me mantiene despierto durante las noches calurosas es la siguiente: ¿por qué toda una generación de jóvenes ha sentido una creciente fascinación hacia el kraut, ese estilo musical basado en la repetición surgido a fines de los setenta en Alemania? ¿Por qué no me parece raro cruzarme a un niño drogadicto de Tolosa diciéndome que ha escuchado hasta el hartazgo el primero de Neu!? ¿Es que acaso en esa repetición encuentran un reflejo exacto de sus monótonas vidas? ¿Es que esa música que fascino a Ian Curtis y a Mark E. Smith ha llegado 20 años tarde a nuestro país, como es costumbre? ¿Es acaso el kraut una salida posible a las limitaciones instrumentales de muchos de los jóvenes que hoy tienen bandas Indie? ¿O el kraut es la música electrónica que pueden soportar los fans de los Beatles y Star Wars? ¿No será que tras esa capa de ruido monocorde se esconde una interpretación algo pesimista de la vida posmoderna?

Como soy incapaz de responder tales interrogantes, les traslado la incógnita a ustedes, lectores, dejándoles el primer tema kraut nacional que he escuchado, Zárate, a cargo de la banda Texavery (sí, por el dibujante de la Warner). Corría el año 2001 y ya un grupo de treintañeros con trabajos rutinarios comenzaban a preguntarse de qué se trataba todo el asunto. Ellos, al igual que yo, son incapaces de dar una respuesta.



JPS (el ala progresista de LSTM)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

temazo!

Anónimo dijo...

hablando de kraut. me bajé y estoy leyendo el librazo krautrocksampler de julian cope... la venganza de los nerds va a llegar gg !!!

Anónimo dijo...

ya llego. era redrado.

gg o jps