sábado, 11 de diciembre de 2010

Las 10 canciones del 2010 III

Libros

Durante este año he leído mucho. Aquí comento algunos libros, excluyendo aquellos que no merecen la menor consideración y a otros que son más bien universitarios o cuasi científicos (sobre historia, cine o filosofía). La idea es despertar la curiosidad en el lector.

Los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño

Los Detectives Salvajes empieza de manera clásica, narrando la historia de un joven poeta en el centro del DF mexicano de los sesenta. La actividad frenética de la ciudad, las diferentes clases sociales, la decadencia de la burguesía, todo está perfectamente narrado por Bolaño, la gran promesa de la literatura latinoamericana (promesa que ha muerto). Súbitamente, el relato se corta y comienza una segunda parte en la que dos jóvenes poetas (personajes secundarios en la primera) van detrás del rastro de la obra perdida de una escritora fallecida. Esta búsqueda interminable es narrada a partir de relatos de terceros en primera persona, sujetos que en diferentes lugares del mundo y a lo largo de 25 años se han cruzado con estos dos obsesivos.

SI, claro, la búsqueda de la poetisa es la búsqueda del sentido para la literatura y para el mundo. Bolano boicoteo su propia novela por miedo a que algún crítico snob lo tilde de Arturo Pérez Reverte. La literatura ha muerto incluso en esta parte periférica del mundo, donde no tenemos ni a Joyce ni a Beckett. Como dice el gran Lector Mal-herido: la prosa literaria palpita entre dos extremos, la información y la música. La música en la prosa es siempre proceso mental; la información es acción. La acción se narra; la música se crea. Bolaño es el delirio de la acción, el narrar por narrar, (…) A mí me aburre mucho. Quizás el gran desafío del arte de estos tiempos sea narrar el vacio sin caer en ese vacío.

Less Than Zero de Brett Easton Ellis

En Less Than Zero todo está visto a miles de kilómetros de distancia; la prosa cae sobre el papel como un posteo de Twitter antes del Twitter: sintética, fría, inmodificable. Un joven estudiante vuelve a su casa luego de una temporada en la universidad. Productores de cine, líneas de cocaína, fiestas, pibes con nombres como Rip o Dick, Hollywood y una prosa fantasma para narrar sin un ápice de sentimiento la banalidad más extrema y el deambular del protagonista a través de una fauna superficial desparramada por las autopistas de LA. Los personajes carecen de esa cosa poética llamada corazón y la combinación de tonos que se da es extraña: una oscuridad ambientada en piletas de mansiones soleadas. El libro comenzó por disgustarme pero termine entrando en su música por algunas páginas del final que me dieron a entender que había algo más en juego. Borges decía que los libros con personajes no admirables envejecen mal, y el punto es que sobre el final Clay, el protagonista, adquiere una humanidad conmovedora que contrasta con el mundo que lo rodea y se gana, por fin, nuestro respeto.

The Executioner’s Song de Norman Mailer

Norman Mailer se gano un Pulitzer con The Executioners Song porque en aquella época no existía el copy-paste de la pc y tuvo que pasarlo todo a mano. O porque el Pulizter es un premio para periodistas. El merito del libro es casi nulo, solo queda un testimonio algo excesivo de un caso de ejecución que el autor cree que define a su tiempo. Hay una buena descripción del mundo mormón de Utah y claro, alguna frase buena del enano, que cometió el error de escribir su mejor trabajo al principio de su carrera. Periodismo pretencioso o literatura mal escrita.

Historia Argentina de Rodrigo Fresan

Lei este libro a principio de año y ya no recuerdo nada de el. Es tan insulso como Fresan, que padece de una corrección política que solo provoca rechazo. En Fresan no vamos a encontrar una sola idea original ni vamos a descubrir una nueva forma de pensar determinado suceso, es más bien el portavoz cool de la institución cultural indie y un mediocre narrador de anécdotas copadas del tipo “estaba en NYC buscando el ultimo de Pynchon cuando veo al lado mio a Chuck Palanhiuk”. Su libro es la muestra más cabal de que no tiene nada para decir, sino algunas cosas obvias para comentar.

Norwegian Wood de Haruki Murakami

Leer a Murakami es una experiencia liviana, agradable, placentera, casi como mirar una película de Hong Sang-soo un dia nublado con un jugo de frutas como compañía. La novela cae por momentos en la más absurda cursilería pero nunca llega a empalagar, quizás porque el personaje principal es un sujeto con cierta dignidad y siempre cae bien parado. Uno recuerda el libro con una sonrisa: la cuarentona que toca tema de los Beatles en su guitarra, la estudiante cuyo padre planea irse a vivir a Uruguay, el incendio visto desde una terraza… Murakami quiere a sus personajes y estos parecen quererlo a el, y a excepción de todo el rollo “oscuro” con una ex novia psiquiátrica, el resto del libro fluye con total naturalidad, como una experiencia de placer que en su intrascendencia oculta una indefinible importancia.

The Cacther in The Rye de JD Salinger

En charlas literarias con amigos hemos convenido que hay libros que, para que a uno le gusten mucho, deben ser leídos a la edad adecuada. No es lo mismo Rayuela a los 15 que a los 35: siendo adolescente puede resultar una obra maestra, ya de adulto es casi una basura. El mismo dictamen le cabe a El Lobo Estepario o a El Extranjero: si bien se sostienen con mayor dignidad que la novela de Cortázar, lo mejor sería leerlos a los 18 y creer emocionados que la verdad puede estamparse en una hoja. Por algún motivo que desconozco, jamás había leído El Guardián en el Centeno y, si bien es cierto que lo hubiera disfrutado más algunos años antes, el libro me resulto placentero y justo, escrito con mucha simpleza, sin ninguna pretensión. La novela plantea una mirada (la del famoso Holden Claufield) con la que resulta difícil no identificarse; la inteligencia de Salinger radica en comprender que la subjetividad moderna parte de la base de no sentirse identificado o representado por nada, en la comprensión lucida de que todo es una enorme farsa mediocre que por momentos resulta difícil de soportar. El libro no pasa de eso, pero si permanece de pie tras el devorador paso del tiempo es porque se revela como un testimonio estremecedor de una forma de ver el mundo propia de aquellos que no tienen ni la ambición del dinero ni del poder sino la esperanza de la verdad y de la belleza. Y porque inspiro a varios locos, lo cual demuestra el genio de Salinger.

Escupire Sobre Vuestra Tumba de Boris Vian

Si las primeras páginas están escritas con cierto encanto, el libro termina desinflándose hasta terminar en una copiosa nada. Boris Vian tiene una agradable prosa pero peca de francés, acaso por el exagerado placer por lo degenerado que hace del libro un intento por revolver la moral de su época, intento que hoy se lee con total indiferencia. La lección a aprender seria: si queres sacudir a la clase media de tu tiempo y lugar, hacelos pensar; no intentes jugar con su moral ya que en el fondo esta gente no tiene ninguna y lo que hoy los puede escandalizar mañana seguramente les fascinara.

Relatos Completos de Dylan Thomas

Dylan Thomas escribe como los dioses. Su libro de relatos editado por Sudamericana es totalmente recomendable; si el gales se hizo conocido por su poesía, habrá que releer su narrativa que es extraordinaria y que debería ser más valorada. Praderas, huertas, granjeros y, por sobre todo eso, un extraño misticismo cuasi cristiano pero relacionado con ese mismo contexto en el que la naturaleza es un ente fantástico. Imagino lo complicada que habrá sido la traducción de una prosa que tiene mucho de musical y cuyo simple sonido es de por sí una obra de arte. Si revisamos las traducciones en Internet solo queda la desazón. Ante los siguientes versos:

And death shall have no dominion.
Dead men naked they shall be one
With the man in the wind and the west moon;
When their bones are picked clean and the clean bones gone,
They shall have stars at elbow and foot;
Though they go mad they shall be sane,
Though they sink through the sea they shall rise again;
Though lovers be lost love shall not;
And death shall have no dominion.

Alguien tradujo:

Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío.

El proceso implica destrozar la obra original. Leyendo algunos párrafos de sus cuentos he sentido que algo se perdió en la traducción, y vuelvo a pensar en al ubicua figura de mi madre que me levantaba de la siesta para enviarme a estudiar ingles ante mi fastidio adolescente. Que Dios la mantenga en la gloria.

Borges de Adolfo Bioy Casares

Este libro es extraordinario por varias razones

Por el amor hacia la literatura que contagia.

Por los concienzudos análisis literarios de Borges en cenas interminables con amigos capaces de discutir durante una noche entera sobre Quevedo o Withman

Por la enorme cantidad de conclusiones que uno puede sacar de la historia de nuestro país a partir del los testimonios de dos adultos provenientes de familias tradicionales de Buenos Aires, bien anti peronistas y clasistas pero, al mismo, tiempo muy lucidos

Por la fascinación de leer el progresivo envejecimiento de dos personas. El libro comienza en los treinta y termina en los ochenta, y mientras tanto Borges y Bioy van haciéndose viejos y aferrándose a las pequeñas cosas que les deja la vida, mientras muchos de sus amigos (con los que nosotros, los lectores, hemos cenado) van muriendo a su alrededor

Por la conciencia que uno toma sobre el papel del periodismo en la realidad. Borges lo nota directamente: la gente está comenzando a hablar como se habla en los diarios y en la televisión, usa esos términos fríos e inútiles sin notar que son calcados del lenguaje de la comunicación masiva.

Por la humanización que se realiza sobre la figura de Borges, proceso que no hace más que subrayar su genio inconmensurable

Por el tema central de todo el monumental libro, uno de los más hermosos que puede tratar la literatura: la amistad.




2 comentarios:

hank dijo...

que honor haber leido en paralelo el Borges de Bioy. Yo creo que "El guardian en el centeno" es para leer a los 17, y a los 20 hay que leer "El palacio de la luna" de Auster, es la fucking continuacion.
Brett Easton Ellis: esta ok esa novela. es liviana, un capricho adolescente que pinta una generacion. si fuera una peli seria Kids. esta bien. pero el mejor libro de este tipo es Lunar Park.

al japones no lo lei, porque me suena a libro que leeria Alan Pauls.

lo importante es q tengo para regalarte "Paseo de la fama"de Sharon Krum, el mejor libro easy-read que me tope este año.

cheka la reseña
http://www.geolibros.com/verlibro.asp?id=43309&idcat=47&idsubcat=58&idarea=147

Anónimo dijo...

buena onda fede, lo habias nombrado a ese libro, lo quiero leer. estoy con los cuentos completos de fogwill, muy inteligente para hacer literatura politica, sus cuentos te ponen incomodo y eso es genial.

murakami es bueno, alan pauls debe haber leido cosas buenas a pesar de ser, justamente, un pauls. su prosa es como un cuchillo para untar: no corta, no tiene filo. pero murakami es digno, crea buenos personajes, para un fan de bukowksy puede resultar medio liviano pero yo lo disfrute.

jps